Los detalles no quedan claros, pero se resumen en lo siguiente: Microsoft intentó cobrar al Ministerio de Educación de Nueva Zelanda por licencias de Office para Mac contratadas pero no usadas... y el Ministerio prefirió borrarlas todas.

De acuerdo con Stuff, que a su vez cita al New Zealand Herald , la reacción del Ministerio se ha debido a que "no ha podido justificar" el gasto adicional imprevisto (cifrado casi en 3 millones de dólares neozelandeses), y menos para un software "que no se va a usar".

En concreto, lo que pasa es que Microsoft y el Ministerio tenían un acuerdo de licencias por un total de unos 100 millones a pagar en 10 años, pero sólo se estaban usando la mitad de los Office para Mac licenciados. Cuando Microsoft ha querido cobrar por todo, el Ministerio ha cancelado la licencia, dejando a elección de las escuelas de Nueva Zelanda pagar sus propias licencias de Office o pasarse a otro programa.

El resultado neto es que en torno a 25.000 Macs (una buena parte del sistema educativo neozelandés, en torno a un 30%) se va a pasar, si siguen las recomendaciones del Ministerio, a NeoOffice o a "un software similar que hay para Macintosh". Y éso a pesar de la reacción inicial que al parecer han tenido muchos profesores, no exactamente encantados con la idea de trabajar con un software "en cuya página nos avisan de que esperemos fallos". Alguno ha acusado al Ministerio de prever mal el número de licencias necesarias, con lo que "el coste se ha disparado" (aunque no parece que la realidad vaya por ahí).

Sin embargo, parece que la reacción general del público se inclina por esta línea : lamentar que el cambio se haya hecho sin planificación... pero también señalar que la dependencia de compañías como Microsoft es excesiva, y que el software libre es perfectamente capaz de hacer el trabajo.


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