En tres ideas se puede simplificar el porqué de su gran demanda a pesar de la crisis y el por qué los Gobiernos destinan becas para ello: lingüística, relaciones sociales y madurez.
Probarse más allá de las fronteras de nuestra localidad es una labor que cuanto más temprana se haga más facilidad habrá para abrirse campo en el mundo laboral y social.
Los jóvenes suelen ser reacios a los cambios bruscos y prefieren la estabilidad, los amigos ya conseguidos, la vuelta al hogar, el sentimiento de protección que reciben. Es en ese aspecto donde deben intermediar los padres. No forzarlos, pero sí concienciarlos en la medida de lo posible.
Hay quien opina que hacerlo en una edad más adulta es fundamental, porque se va con la intención de aprender, no solo de disfrutar, ni de relacionarse con gente de tu país, sino con un único y exclusivo objetivo, involucrarse.
Ventajas de la adolescencia
Irse siendo joven a través de una formación completa, ofrece al alumno un aprendizaje gradual, porque en el extranjero se obligan a fomentar valores como la tolerancia, el respeto, la responsabilidad, la confianza en uno mismo y la madurez, al tener que ir al banco, por ejemplo, y realizar una actividad cotidiana que siendo en otro idioma se transforma en una actividad de superación.
Entonces, ¿qué es lo importante?
Lo importante según los profesionales del sector es que los alumnos vuelvan con ganas de repetir la experiencia. Lo que gusta siempre se quiere volver a experimentar, por esa razón les recomendamos que la primera experiencia sea meditada y planificada de antemano.
Cada niño es un mundo, pero si se les conciencia desde pequeños siempre será más fácil hacerlo. En definitiva, merece la pena el esfuerzo. Al final, es el resultado lo que cuenta.