En la playa Racetrack, situada en el Valle de la Muerte (California), se encuentran las famosas piedras deslizantes, un fenómeno por el cual las rocas se mueven, sin intervención humana o animal, y dejan largas huellas en la superficie.

A lo largo de los años se han hecho especulaciones de todo tipo, desde fenómenos paranormales hasta intervenciones alienígenas. En 2014, después de más de setenta año de suposiciones, los investigadores Richard Norris y su primo James Norris creen haber resuelto el misterio de las piedras que se mueven solas en el Valle de la Muerte.

Según explican, el proceso se inicia con la lluvia, que deja una capa de agua sobre la superficie de la playa creando un finísimo lago superficial. Durante la noche, las temperaturas bajan y el agua se congela, de manera que se forma una capa de hielo del grosor de un cristal. Por la mañana, el hielo empieza a derretirse y se rompe. Un viento suave ya es suficiente para mover las placas heladas, que se desplazan entre 2 y 5 metros por minuto.

Este descubrimiento ha sido todo un mérito por parte de los primos Norris puesto que el Valle de la Muerte, como su nombre indica, no es el lugar más agradable del mundo. Permanecer allí para hacer las observaciones necesarias requiere paciencia y energía.

 

 


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