La autopista más larga del mundo nos lleva de Terranova a Victoria, comunicando el océano Atlántico con el océano Pacífico. Es la autopista nacional más extensa del mundo por delante de la Trans-Siberiana, la Autopista 1 australiana o la famosa Ruta 66 estadounidense. Lo que la diferencia de estas es que esta formada por una única vía, las otras pueden ser más largas en su totalidad pero en algún tramo enlazan con las carreteras provinciales, convirtiéndolas en una red de carreteras más que en una única autopista.
La ruta tiene varios afluentes que nos permiten tomar autopistas secundarias si queremos evitar rodeos o visitar algún lugar de interés. La carretera se alarga casi 8.000 kilómetros pero de manera oficial 12.800 kilómetros están considerados parte de la Trans-Canada Highway. Los territorios insulares como la Isla del Príncipe Eduardo, Nueva Escocia o Terranova conectan los tramos terrestres mediante ferris. Estos son considerados parte de la ruta.
Comienza a construirse en 1950, algunos tramos terminados se abren en 1962 pero no será hasta 1971 cuando este totalmente terminada. Los parámetros con los que se construyó hace medio siglo siguen siendo muy modernos a día de hoy. La autopista debe tener un ancho de arcén y de calzada determinado, evitar pendientes pronunciadas y proporcionar al conductor una visión de al menos 180 metros frente a él.
Una serie de estaciones de carga para coches eléctricos jalonan todo el recorrido, siendo una autopista única en el mundo en este sentido. Aunque la carretera atraviesa 10 provincias de Canadá el mantenimiento y gestión de la misma es de competencia estatal.
Su gran popularidad como gran viaje hace que haya gran cantidad de albergues para mochileros o “backpackers” a lo largo del camino. Es también bastante fácil encontrar coche compartido entre las distintas etapas. Podemos obtener más información en la guía de transporte de Canadá.
Como anécdota, la ceremonia de inauguración no fue una celebración para todos. El primer ministro inauguraba el terminando primer tramo en la Columbia Británica (si empezamos a contar por el oeste) con la sonada ausencia de los representantes de Nuevo Brunswick, Terranova y la misma Columbia. Estos se quejaban de la falta de financiación estatal al proyecto.