No es exagerado decir que Nueva Zelanda es el mejor destino para practicar actividades multiaventura mientras aprendes inglés. La gran heterogeneidad de sus paisajes, clima, su orografia y la gran cantidad de tierras casi virgenes de la mano del hombre le confieren esta cualidad. A la manera de nuestra Granada tiene montañas nevadas, bosques, valles, ríos y unas fantásticas playas.
La mayor parte de las actividades multiaventuras y deportes de riesgo se concentran en la Isla Sur, la más salvaje con Queenstown como centro. Cuanto más al sur nos movamos observaremos más empresas dedicadas a este tipo de actividad. En detrimento del sector primario agrario y ovino (hay más ovejas que personas) el turismo de este tipo se ha convertido en uno de las señas de identidad del país y uno de sus motores económicos.
La oferta de la que dispondremos si nos desplazamos al país es abrumadora. Incluso algunas de estas actividades tienen sus cuna en el país neozelandés como el puentin, el esferismo o el “fly by wire”.
Enumeramos algunas de ellas: rappel, turismo panóramico aéreo, observancia de aves, barranquismo, espeleología, paseos marítimos, kayak y canoas, escalada normal y sobre hielo, submarinismo, pesca, vuelo en ultraligero, golf, senderismo normal y de nieve, hípica, paseos en globo aeroestático, ski, caza, kite surf, trineo, ciclismo, parapente, navegación, surf o windsurf.
Derivado de esto han surgido empresas que se dedican a fabricar ropa y artículos especializados. Muchas además se valen de la materia prima más abundante en el archipielago: la lana de oveja. Luego son exportadas a todso el mundo principalmente al sector de montañismo. Recordemos que el primer hombre en pisar la cima del Everest (de forma demostrada) fue eel neozelandés Edmund Hillary.