Parece un regalo demasiado exagerado. Más si tenemos en cuenta que el árbol por lo general alcanza unos 20 metros y tiene más de 45 años. Además hace un viaje de cientos de kilómetros para acabar situado en una de las plazas más emblemáticas de toda Europa.

Es así como Trafalgar Square recibe cada año este presente por parte del pueblo de Noruega. Todo esto empezó después de la Segunda Guerra Mundial cuando en 1947, los noruegos decidieron que había que reconocer el apoyo de Reino Unido durante la guerra. Cada año este abeto es talado en las inmediaciones de los bosques de Oslo en una ceremonia a la que asiste incluso el edil de la capital inglesa. El árbol es medido, sopesado, y elegido con cuidado porque a pesar del tiempo que ha pasado la ceremonia tiene mucho valor para este país del norte de Europa.

La llegada del árbol a la plaza de Trafalgar también es un motivo de celebración y es así como tanto la instalación y el encendido atraen a un montón de curiosos. No es para menos porque durante el tiempo navideño concentra uno de los puntos mejor decorados de toda la capital. El árbol se decora al estilo del norte de Europa con grandes hileras de luz de arriba a abajo. Cada tarde la belleza de este gigante noruego se magnifica con el canto de villancicos que allí tiene lugar hasta las 20:00.

El árbol podrá ser visitado desde principios de diciembre hasta principios de enero, tradicionalmente desaparece los días previos a la Noche de Reyes.

 


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