En este post os rescatamos uno de los bailes más locos y divertidos de los años veinte en Estados Unidos, que os ayudará a conocer un poco más una de sus mejores épocas. Si visitais Carolina del Sur en uno de nuestros años escolares en Estados Unidos podréis contar con la ventaja de ir preparados conociendo los aspectos más divertidos de la historia de su sociedad.
Después de la Primera Guerra Mundial, estados unidos experimentó un periodo de abundancia que bautizaron con el nombre de “los felices años veinte”. En aquel momento toda la motivación de la sociedad estaba dirigida al entretenimiento y a disfrutar de la vida, tras aquella duradera guerra en la que Estados Unidos había demostrado su superioridad militar y de la que había obtenido grandes beneficios.
El charlestón es uno de los bailes más representativos de esta época. Fue un baile extravagante, considerado como una variedad del foxtrot que representaba el sentimiento de la época. A parte de en este tipo de baile, podemos ver representado aquel sentimiento en la novela de F. Scott Fitzgerald El gran Gatsby (1925), llevada recientemente al cine.
El charlestón recibe su nombre de la ciudad que lo vió nacer, Charlestón, Carolina del Sur, en Estados Unidos.
Este baile nació entre los negros que se inspiraron en una danza africana llamada Juba. Era en su origen una forma de diversión y distracción extendida entre la comunidad negra, que rápidamente fue copiada por los blancos. Consistía en mover mucho y rápidamente brazos y piernas al ritmo del foxtrot, lo que contribuyó a que se considerase una manera divertida de bailar este otro género musical. El primer tema que popularizó estos ritmos fue The charleston, por James Johnson. Este baile fue un símbolo de la locura, la despreocupación y la felicidad de aquellos años veinte en que la sociedad vivía una utópica visión de la realidad.
Incluso a España llegó este baile alocado, y eso que por entonces era un país totalmente aislado de la influencia de la modernidad y las nuevas corrientes. El más famoso fue un tema titulado Madre, cómprame un negro, compuesto en 1928 por Ángel Ortiz de Villajos con letra de Alfonso Jofre y Mariano Bolaños, para Reyes Castizo La Yankee.