Uno de los primeros lugares que conocerán nuestros estudiantes del curso escolar en Canadá del distrito escolar de North Vancouver es este curioso mercado, y lo harán por varias razones, la primera por su diversidad de puestos y tiendas multiculturales, además de estar al final de la calle principal de la ciudad, pero seguramente la principal razón será que a sus pies parte el SeaBus, que une North Vancouver con Vancouver City Downtown a través de la bahía en tan solo 15 minutos.
Construido como un mercado de estilo carnavalesco que se abrió para la Expo del 86 de Vancouver, Lonsdale Quay Market se ha convertido en un referente multicultural para la comunidad de la zona del Bajo Lonsdale. La idea de Lonsdale Quay Market fue proporcionar una experiencia verdaderamente única como mercado al por menor, y un animado lugar de reunión en la costa norte.
Históricamente en un área flanqueada por majestuosos Abetos Douglas y Cedros Rojos, los primeros habitantes de la costa norte desarrollaron el primer núcleo urbano de la ciudad en el área ahora conocida como Bajo Lonsdale, donde se sitúa el mercado junto al mar. El rápido crecimiento en todo el siglo 19 precipitó en primer lugar la incorporación del Distrito de North Vancouver en 1891, que se extendía desde la bahía en forma de herradura de Deep Cove. La separación de la ciudad de North Vancouver en 1907 fue el resultado de un crecimiento industrial y el desarrollo económico en la zona del Bajo Lonsdale.
Hoy en día, el Lonsdale Quay Market cuenta con 80 vendedores de alimentos frescos típicos de diferentes países, tiendas al por menor únicas, artesanos, restaurantes y un hotel boutique. A menudo se celebran festivales y eventos de la comunidad que durante todo el año aseguran que no haya dos visitas iguales a este mercado, que siempre que venimos nos sorprende.
También es posible disfrutar en ocasiones de conciertos en la plaza junto al mar, o ver la ciudad desde la torre Q, que nos obligará a subir 77 escalones para ver la ciudad desde el mejor punto de vista sin duda.
El hotel merece la pena, ya que tiene muy buena calidad y a veces se pueden encontrar ofertas muy interesantes en Internet, aunque no siempre evidentemente se encuentran. En las tiendas y restaurantes de este interesante mercado se puede comer a precios muy asequibles en los puestos de comida rápida de diferentes paises que ofrece.
Y evidentemente no nos podemos ir de la zona sin hacer unas buenas fotos del Skyline de la ciudad de Vancouver que se puede ver justo enfrente.