Las celebraciones reunieron a cientos de personas en Belfast. Grupos opositores realistas protestaron pero el acto transcurrió en calma y en paz, en parte debido al fuerte operativo policial desplegado. El nieto de James Connolly, que comparte nombre y apellido con el que fuera héroe y mártir de la sublevación fue el encargado de hablar. Dijo que es una suerte que podamos conmemorar dicho acontecimiento que, aunque en origen fallido, a la larga fue un éxito. El acontecimiento fue celebrado en otros lugares cómo Dublín o Nueva York dónde se reunieron miles de personas.
Ayer 24 de abril se cumplieron 100 años del Alzamiento de Pascua, una sublevación armada que buscaba es desgaje de Irlanda del Imperio Británico. La revuelta fue sofocada tras 5 días de duros combates que tuvieron como escenario el centro de Dublín. La férrea represión que siguió llevó al patíbulo o la cárcel a miles de personas. Las ejecuciones diarias de los líderes - jóvenes idealistas y carismáticos con nombres grabados en el imaginario colectivo irlandés como Patrick Pearse o James Conolly - provocaron un viraje en la opinión pública, que se solidarizó con los ejecutados y abrazó la causa republicana. Esto conllevó que a largo plazo la sublevación fuese un éxito.
1916. El Reino Unido se desangra en las embarradas trincheras belgas y francesas de Verdún y el Somme. La Gran Guerra está en su punto álgido y el resultado no parece claro. Lo que es evidente para todo el mundo es que nunca se había visto un conflicto de tamañas proporciones donde los muertos se cuentan por millones y mueren más civiles que soldados.
Al Reino Unido el estallido de la guerra le ha pillado bastante mal preparado y equipado. Vierte todos sus recursos en el frente, convirtiéndose en deudor de los Estados Unidos, quien desde ese momento y hasta hoy en día alcanzará el grado de primera potencia mundial, arrebatándole el puesto a su extenuado hermano pequeño. La guerra se gana pero el estado de las cosas no volverá a ser el mismo para el imperio que “gobernaba las olas” y controlaba una tercera parte del mundo apenas unos años antes.
En la isla de Irlanda, mientras tanto, ven en la debilidad de su tradicional enemigo una oportunidad para conseguir la ansiada independencia. Inglaterra controla Irlanda desde el siglo XVII, los irlándeses nativos han sido vilipendiados en este tiempo y tratados como ciudadanos de segunda en pro de los colonos anglosajones protestantes, que llegan a ser mayoría en el Úlster, con capital en Belfast.
Durante la ola nacionalista del siglo XIX había habido diversos levantamientos armados que habían sido duramente reprimidos. Se había negociado un estatuto de autonomía pero los colonos protestantes habían impedido su implantación formal, manteniendo en la práctica es status quo de las cosas.
La olla ganaba presión gradualmente y de manera inevitable. Tres grupos armados que buscaban la independencia, la Hermandad de Republicanos Irlandeses, los Voluntarios Irlandeses y Ejercito Ciudadano Irlandés dejaron por un momento sus rencillas aparcadas e hicieron frente común. Sus líderes, ejecutados durante la represión son considerados auténticos héroes en Eire. Los principales fueron Patrick Pearse y James Connolly.
A los británicos les pilló de sorpresa y lo consideraron una puñalada trapera. Sin embargo los cerca de 1500 combatientes nacionalistas poco pudieron hacer cuando a los dos días llegó un contingente de 15.000 soldados británicos que se sumaban a los 1.000 policías y otros soldados profesionales que se disputaban con los sublevados el control de los más importantes edificios institucionales de la capital del hoy país independiente.
La solidaridad mostrada por el pueblo irlandés para con los líderes ajusticiados desembocó en una contundente victoria del neófito e independentista partido Sinn Fein en las elecciones del año siguiente. Los británicos reaccionaron, accedieron a la independencia del territorio si este renunciaba al Úlster y accedia a seguir formando parte de la Commonwealth. Esta oferta dividió a los irlandeses, unos querían continuar la guerra y aspirar a controlar toda la isla, otros querían conformarse con lo obtenido. Paradojicamente, el conflicto se tradujo en una guerra civil que duró de 1922 a 1923 y que supuso el germen de lo que hasta hace pocos años era la facción terrorista del IRA.
La película El Viento Que Agita La Cebada, del famoso director Ken Loach refleja este histórico proceso desde la Guerra de Independencia Irlandesa (1919-21) hasta el final de la Guerra Civil Irlandesa (1922-23). Si pensamos hacer un curso de inglés en Irlanda o realizar un año académico, conocer su historia y su cultura puede hacernos disfrutar más y aprovechar mejor la experiencia.